Existen muchas formas de clasificar los cosméticos, pero es probable que la más abarcadora se refiera a la clasificación que los distingue de acuerdo a su uso. De esta manera, tendríamos:
Cosméticos para bebé, como cremas hidratantes y antipañalitis, colonias, jabones neutros y productos limpiadores poco agresivos.
Cosméticos para el rostro, como lápices labiales, coloretes, polvos base, rímel, correctores, etc.
Cosméticos para la piel, como cremas hidratantes, exfoliantes, bloqueadores solares, jabones, lociones para después del afeitado, cremas depiladoras, etc.
Cosméticos de perfumería, como desodorantes, antitranspirantes, perfumes, colonias, etc.
Cosméticos para las uñas, como pinturas de uña, esmaltes, etc.
Cosméticos de higiene bucal, como dentífricos, enjuagues bucales, etc.
Cosméticos naturales
Los cosméticos naturales o cosméticos ecológicos son aquellos que han sido elaborados a partir de productos naturales lo menos tratados químicamente posible. Esto, en teoría, los convierte en productos más saludables para el cuerpo, menos dotados de sustancias riesgosas, pero al mismo tiempo de menor duración y mayor costo.
En algunos casos, estos productos aspiran a contaminar menos el ecosistema, reduciendo la cantidad de sustancias químicas que se vierten junto a la basura. Muchas veces son libres de maltrato animal, o sea, que fueron producidos sin emplear animales vivos para testear sus posibles efectos negativos sobre la salud humana.