La madera natural y la madera carbonizada es un material muy utilizado en la construcción desde tiempos remotos. Desde el paleolítico ya se usaba para crear herramientas. Más adelante, con el perfeccionamiento de la técnica para su corte y tallado, su uso se extendió a otros campos, entre ellos el de la construcción. En la actualidad, el uso de la madera es muy amplio, hasta tal punto que podríamos construir una casa por completo usando exclusivamente este material. En este post nos centraremos en los tipos de madera natural más utilizados, sus características y su aplicación en la decoración o revestimiento interior de nuestra vivienda. Una forma sencilla de clasificación de la madera es según esta sea dura o blanda (en función de su peso propio):
Maderas duras (700-1000 kg/m3): Las maderas duras provienen de árboles que requieren un crecimiento prolongado antes de ser talados lo que las hace más caras, pero también tienen unas mejores propiedades mecánicas y estéticas. Son en general más oscuras y resistentes, pero también más difíciles de trabajar. Resisten mejor la humedad que las maderas blandas.
Maderas blandas (450-600 kg/m3): Las maderas blandas requieren menos crecimiento, lo que las hace más asequibles, y también son generalmente más claras, más elásticas y maleables. Por otro lado, su durabilidad y resistencia es menor. En general también son más ligeras lo que las hace más sensibles a los cambios de humedad. Son mejores aislantes térmicos que las maderas duras.